Lo que no aclaro en el mismo, es que para mí asombro la trucha no tenía una sola lastimadura y por suerte, tampoco había señales de la mosca.
Con esto queda claro, que vale absolutamente la pena, utilizar anzuelos sin rebabas o rebabas aplastadas, ya que facilita muchísimo que el mismo se salga con facilidad. Y por supuesto dejar recuperar los pescados, en aguas limpias y estresarlos lo mínimo posible. Después de todo, lo más importante en todo ésto son los pescados.
Hace unos años leí el libro “En el anillo de la subida”, donde Vincent Marinaro contaba una historia sobre una trucha y un simpático juego que realizaba con ella. Según sus propias palabras, esta trucha que tenía nombre “La Intocable” había rechazado sus moscas cientos de veces…
Deseaba tener alguna vez una “intocable” con la cual poner en práctica mi propio juego de saludos, por eso dediqué tiempo buscando truchas que estuviesen siempre en el mismo lugar del río y que además tengan características similares a la amiguita de Vincent , finalmente encontré un buen rival. Una trucha marrón macho, de buen porte que vengo siguiendo ya hace tres temporadas, vive bajo un sauce y cada tanto se asoma a comer algún insecto y así como aparece, vuelve a desaparecer bajo las sombras del árbol. Del mismo modo que Marinaro se tomaba un tiempo para observarla, hice lo propio, fueron decenas de veces y este curioso bichito siempre tenia el mismo comportamiento, aparecía desde las sombras, tomaba un insecto en superficie y volvía a desaparecer… NO lo hacía con un ritmo preciso, sencillamente había algo que en determinado momento, la hacia subir y comer…
Siempre que llegaba al rio, ataba una mosca seca y se la presentaba justo en el remanso que se forma detrás del sauce, la intocable aparecía, inspeccionaba mi mosca y se volvía a la profundidad del rio. Apenas la seca comenzaba a dragar, la quitaba del lugar y como era de esperar, mi amiga aparecía desafiante, tomaba delicadamente un insecto en superficie y nuevamente, desaparecía por un tiempo, el cual podía ser de apenas un minuto o de varias horas. Hubo días que probé con decenas de moscas y nada… Siempre el mismo ritual, después de varios intentos, rechazaba todas mis moscas, se iba al fondo del pozo y no la volvía a ver hasta mi próxima visita.
Lo curioso del caso, es que éste bicho vive en un lugar, donde pasan cientos de pescadores por temporada, incluso en el mismo día podía cruzarme con varios de ellos presentado sus moscas en ese mismo sitio (hay una buena arco que también anda por ahí). No sé si alguno notó lo que hacía este pez, pero lo que sí sé, es que por lo menos delante mio, nadie pudo engañarla ni una sola vez… Éste amiguito se convirtió en un hermoso desafío!
Esta temporada decidí hacer el juego de los saludos, con mi propia intocable. Básicamente consiste en descubrir que tipo de insecto come y atar varias moscas que la imiten, pero cada una con alguna variante, de forma tal de presentarlas y observar el comportamiento del pez, aquellas moscas ignoradas se descartan directamente, y aquellas que le despierten cierto interés, se van reservando para luego atar otra imitación parecida, pero que a su vez tenga otra variación, de manera tal que en algún momento se pueda dar con el patrón correcto. La que mayor interés provoque es la que continúa el juego y el resto se va descartando. Éste ciclo se repite hasta que finalmente logremos finalmente engañar al pecesito.
De entrada no sabia que comía, ya que solía haber eclosiones de stonfly “palito”, caddis y mayfly, incluso en simultáneo. Como no estaba seguro, un día llevé una de cada una y presté muchísima atención a el comportamiento de la trucha, descarté las dos primeras, definitivamente comía mayfly, con ésta afirmación di el primer paso… Ahora la cuestión era descubrir que era lo que veía ésta trucha en determinadas mayfly para subir y tomarlas y porque descartaba las otras…
Ate varios patrones bien distintos y fui probando uno a uno, así comencé con el juego del descarte, hasta que finalmente noté que las moscas que más le interesaban no eran ni más ni menos que las clásicas Adams. De todas maneras no podía dar con el detalle que la motivaba a comer… Probé varios tamaños de moscas, alargue y afine líder y tippet, anude la mosca de distinta manera y adivinen que ? mismo resultado “ooooooooooosoooooooo” Aparecía desde las sombras, se acercaba a la mosca, la seguía durante su corta deriva sin drag, y de nuevo a la oscuridad… lindo desafío resultó ser la marrón del sauce!
De a poco y con sutiles cambios fui dando con una mosquita que le interesaba bastante, de hecho en mis últimos intentos, “hociqueo” una, la insistencia y paciencia, comenzaba a dar sus frutos… Casualmente anoche hablando con Anibal le comenté que hoy podía ser el día, le tenía fe al último patrón atado, nada especial, pero algunas sutilezas en los colores y dimensiones me daban mucha esperanza…
Llegué temprano, el día se presentaba frío, con mucho viento, nublado y lloviznando, muy complicado para ver bajo el agua y mucho más aún para poder hacer una buena presentación de la mosca… Sumado a esto, a unos pocos metros, instalaron una bomba para extraer agua, ruido molesto si los hay… Casi bajo los brazos, pero algo me decía que tenia que esperar el momento justo y en una de esas….
Una vez que retiraron la bomba y el incesante ruido terminó, me senté sobre el pasto de la orilla y esperé a ver si aparecía mi amiga en algún momento, mientras tanto aproveché para comer algo y lamentablemente no la vi. Decidí entonces, recorrer otros lugares del río y esperar a que las nubes desaparecieran o al menos, me dieran una ventana de visión, como para continuar con el juego de los saludos. En un momento el universo se apiado de mí, y me brindo esa posiblidad. Las nubes desaparecieron por un instante. Estaba claro que no iba a durar mucho tiempo, así que salí del agua y casi corriendo me acerqué a la posición que me permitía verla… Mientras esperaba, cambie la mosca y alargue el tippet de 4x unos 80 cm, el líder tenía en total unos 12 pies. De repente y como era su costumbre apareció, absorvio un insecto debajo de la película superficial de agua y volvió a la protección de su pozo. Comenzaba a nublarse nuevamente, y el viento era cada vez más intenso. Entre al agua, río abajo unos 15 metros como para que no me escuche ni me vea, me acerqué sólo unos pasos, revisé todo, saqué línea, y lancé la mosca justo sobre la costura de agua donde se dividen las corrientes. La mosca entro medio metro río arriba de la posición donde siempre aparece “la intocable”, contuve la respiración y aunque no lo sé, estoy seguro que me quedé con la boca abierta y sin pestañear, no tenía buena visión, pero me esforcé para poder detectar cualquier indicio… Justo cuando la mosca iba a comenzar a dragar, veo un anillo que se forma donde suponía estaba mi mosca, instintivamente clave… Sentí la tensión, finalmente estaba en la punta de mí línea, aferrada a una delicada mayfly en anzuelo #18, atada en un frágil tippet 4X…. Suspiro…
Por supuesto atinó a meterse en el pozo, dónde está lleno de raíces y ramas, no se lo permití, me anticipé y cuando se quiso dar cuenta, ya estaba lejos de su refugio. Saltó, una, dos, tres y cuatro veces, ya estaba cerca mío, enojado como era de esperar, me temblaban las manos… Todo sucedió muy rápido, la intocable llegó al copo, forzada por la china #4 de fibra de vidrio. La suerte quiso que fuese la afortunada…
Le quité la mosca que apenas estaba prendida en la punta del hocico, salió muy fácil, no sé como no se soltó con todos los saltos que dió, pero eso era lo de menos, por fin después de cientos de intentos y decenas de moscas atadas, el juego de los saludos, tenia un nuevo ganador… Sonrío!
La dejé ir a su pozo… Decidí que era hora de irme…
Comienzo a caminar hacia la camioneta con la satisfacción de haber logrado la victoria, cuando de repente veo unos 5 metros delante mio, asomar una buena trucha arcoiris detrás de una piedra, no se veían insectos en el aire por el fuerte viento que había, pero de todas maneras decidí presentar mi mayfly una vez más, no tenía nada que perder. Saqué línea, revisé como había quedado el líder, y le presente la mosca como pude, cayó bien… La arco no lo dudó, la tomó en la primer deriva, otro hermoso macho fue engañado por mi efímera mosca! Debo atar varias de éstas…