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Ya pasó uno y me voy a achicar…

Estamos en Julio, ya pasó el primer mes de veda, los pescadores fanáticos como yo, parecemos presos tachando días en una pared, pero a no desesperar, que el invierno es una muy buena excusa para estudiar, descubrir nuevos lugares, atar moscas, reparar equipos, y porque no, hacer cañas…

En esto último estoy enfocado en estos meses, preparando mi primer marutake, una liviana caña de bambú tradicional, al estilo japonés, que calculo terminar en uno o dos meses y sobre la cual ahondare en detalles cuando la termine.

Por otro lado, son muy buenos tiempos para la reflexión y el análisis sobre los detalles a mejorar, que en mí caso son varios… El tema de la captura y correcta liberación es uno (algo mencioné en otro post) ya que al mirar fotos y videos noté como algunos pobres pescaditos fueron sometidos demasiado tiempo a mí disfrute post captura. Nunca está de más recordar, que tratemos de no sacar del agua a un pescado y si lo hacemos que no lo hagamos por más allá de unos pocos segundos. Ese pescado liberado y bien tratado, puede llegar a darnos una linda sorpresa con el tiempo, a otros pescadores y porque no, a nosotros mismos.

Percibiendo una tendencia en mí, creo que esta próxima temporada voy a achicarme, no de altura, eso esta claro 😁 pero si voy a achicar medida de anzuelos, la marutake creo que va terminar siendo una #1 o #2, así que mí idea es reducir tamaños, reducir potencias, e ir en busca de los pequeños peces que tan feliz me hacen. Estoy comenzando a mirar con mucho cariño el micro fishing, de hecho, suelo hacer este tipo de pesca con bastante frecuencia, ya que la encuentro a escasos minutos de casa. Justamente el último pez que capturé en ésta temporada era realmente pequeño y lo capturé utilizando un equipo #6 y una mosca muy poco acorde atada en un anzuelo #12. Voy a focalizar parte de mí equipamiento en esta pesca puntualmente.

Muchos suelen creen, equivocadamente para mí punto de vista, que éste tipo de pesca, puede ser aburrida o que no genera diversión alguna, muy por el contrario, creo y estoy convencido, de que es una pesca sumamente exigente, que requiere hacer muchas cosas bien para que termine con éxito y que nos mantendrá un buen rato, alejados de los problemas cotidianos.

Buscar pequeños arroyos, contar con el equipo adecuado, caminar hasta los puntos donde podamos pescarlos, afinar la punteria en nuestros lanzamientos y finalmente poder pescar, ya bastante desafío presenta, obviamente no esperen corridas mayúsculas o reeles chillar dejando el backing al descubierto, hablamos de otra cosa… Mucha precisión al castear, atar moscas muy chicas, movernos con cautela generalmente rodeados de muchísima vegetación, y peleas que pueden llegar a sorprendernos si utilizamos equipos livianos. Y después de todo, los pequeños peces son sumamente hermosos, y sino miren las fotos de estos dos peques que muestro más abajo.

Como dije, este próximo año creo que voy a achicarme, y me gusta lo que ya estoy palpitando…

Peque I

Peque I

Peque II

Peque II

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Historias/Lugares de Pesca
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Todavia no me agarró la fiebre…

Ante la insistencia de un amigo, acepté acompañarlo a pescar la boca del río Chimehuin, la cual es famosa por la fiebre que provoca en los pescadores que terminan enamorándose de ella. Seguramente por mí falta de experiencia en éstos lugares, todavía realmente no me atrae la pesca que ahí se practica, es más, de a momentos me hizo recordar a los pescadores enredando sus lineas en la costanera del Río de la Plata en Bs.As. Mucha gente, todos haciendo lo mismo, con equipos grandes, moscas grandes, todo un ritual al que no estoy acostumbrado.

Llegamos relativamente temprano, un día frío, gris, pero sin viento, según dicen no son las mejores condiciones de pesca que pueden darse allí, preparamos equipos y nos separamos, mi amigo pescaria la boca y yo me iría rio abajo un km mínimo, para buscar los lugares solitarios y con otro tipo de aguas, aquellos sitios donde me siento más cómodo pescando y en donde me permite conectar mejor con la naturaleza, que es lo que busco cada vez que salgo a pescar…

La mañana transcurrió normalmente, por mí lado algunas truchitas chicas que me fueron suficientes para divertirme con mí equipo #3 y las pequeñas moscas que mojé ese día. Luego del almuerzo, el cual habíamos coordinado previamente para encontrarnos cerca del puente de la ruta a las 14:00 hs, decidimos volver a intentar nuestras pescas, yo hice el mismo recorrido, pero ésta vez por la orilla opuesta, ya que quería probar otros sectores del río, mismo resultado. A la tardecita cuando volvimos a encontrarnos, casi no quedaban pescadores, la cosa estaba más “calma” y ahí sí me animé a probar unos tiritos en la famosa “boca”… tuve la suerte de pinchar una arcoiris chica mientras trataba de sacar una mosca de la campera de mí amigo, y no mucho más que eso…

En un momento escucho el grito característico… “EEEEEEEEEEEEEEEEEESSSSSSSSAAAAAAAAAAAAAAAAAA” mí amigo había pinchado algo interesante, ya que su caña se doblaba particularmente indicando que el pescado que estaba del otro lado de la línea, era importante, lo veía vadear entre las piedras, tratando de que aquel animalito no se soltase y tampoco rompiese el leader… era su momento!!! Asi que sólo atiné a observar, ver como peleaba esa trucha y cuando finalmente la tuvo entre sus manos, corrí por el puente hasta la otra orilla y cámara en mano, hice las fotos de rigor, una hermosa marrón de unos 3.5kg aproximadamente que había sido engañada y tentada por un anzuelo lleno de plumas… Todo era emoción!

Ese día comprendí a que se referían con la “fiebre de la boca”, aunque se que todavía no es mí momento, nunca digas nunca! Tal vez alguna vez me pique el bichito, por ahora, sólo soy un compañero de viaje y el fotógrafo de turno… 🙂

Marron del Chimehuin

Marrón del Chimehuin

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