Marutake y/o Tablillas…?
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Marutake y/o Tablillas…?

La primer caña de pesca con mosca que me deslumbró, fue una caña split bambú al estilo occidental, una verdadera obra de arte por donde se la mirara, de Juanchi Accqua de FlyAddiction

A partir de ese momento comencé el derrotero de investigar acerca de cómo podría fabricarme una caña de este tipo, ya que sus valores me parecian injustificados para ese momento. Leí varios artículos, miré videos, libros, pero otra vez las herramientas utilizadas no estaban a mí alcance. Fue así que una vez en mi casa natal al ver en un rincón de la pared de mi vieja habitación de niño, una de mis primeras “mojarreras” me cuestioné si sería capaz de fabricar una caña para pesca con mosca, pero utilizando una simple tacuara o similar. Esa vieja “tomatera” tenía algo más de 40 años y seguía en perfectas condiciones, esa inquietud definitivamente resultó el comienzo de esta historia…

Navegando por la red y después un tiempo bastante extenso que resultó en varios meses, di con el grupo de facebook https://www.facebook.com/groups/historiasdeviajeras/ donde luego de conocer al “sensei” (Anibal Reyes) en persona, me traje a San Martín de los Andes, un hermoso kit listo para armar.

La armé con mucho entusiasmo y al poco tiempo pude comprobar que esa varita, si bien no era lo que yo aspiraba inicialmente, superaba con creces el fin para el cual la utilizaría. Ese fue el inicio de mi amor y pasión por las marutakes. Con el tiempo fui compartiendo con Anibal varias salidas de pesca y eso me ayudó a seguir aprendiendo cada día. Considero que finalmente logré un nivel aceptable en la fabricación de las mismas, pude detectar y experimentar todas sus bondades y también sus debilidades. Como soy un amante de la pesca de truchas con mosca secas, en una sola jornada, requiero hacer muchos falsos lanzamientos utilizados para secar la mosca, lo cual lleva al límite la tolerancia de una buena marutake, fue así que la mayoría que usé con intensidad terminaron dañadas de algún modo y si bien siempre las pude reparar, llegó el momento en que no me sentía del todo relajado a la hora de pescar y esa no era justamente la idea. Esto me enseñó a determinar en qué circunstancias puede ser utilizada una buena marutake y en qué circunstancias, sencillamente no conviene. De todas formas las he llevado al límite y puedo asegurar que son excelentes herramientas de pesca y que simplemente hay momentos en que hay que dejarlas descansar y utilizar algún otro tipo de equipo. El limite está dado por el incesante casteo y no en la lucha con un pez. Si una marutake no es utilizada en estos contextos, se comportará de maravillas y tienen ese no se qué, que las hace sumamente especiales. Recomiendo fervientemente que utilicen una marutake y mucho mejor si la fabrican uds. mismos.

Flexión Marutake

Una vez más, buscando una manera de fabricar algún tipo de caña de bambú con un poco más de resistencia a éstas exigencias que enumeré más arriba, pero sin llegar a las clásicas split bambú (en su mayoría hexagonales) donde el simple hecho de tener que contar con un planning form ya requiere una inversión importante, fue como junto a otros miembros del grupo de la caña viajera ( https://www.instagram.com/czlures_fly/ y por supuesto Anibal) se fue dando naturalmente la misma inquietud e interés por la fabricación de cañas de pesca con mosca mediante el uso de tablillas, pero con el método oriental, dónde no son necesarios costosos aparatos de precisión, sino más bien muchísima paciencia y perseverancia, sumados a unas pocas y sencillas herramientas, que pueden estar al alcance de la mayoría.

Ellos habían hecho punta en esto, asi que tuve la suerte de comenzar no necesariamente desde cero, ya que el grupo se destaca por compartir experiencias y conocimientos entre todos sus miembros. Fue así que luego de hacerme de bastante material (bambú hotei y yadake) de mayores diámetros, finalmente me embarqué en la fabricación de 3 cañas split bambú fabricadas con el método orienta.

De aquí nacieron 2 PMQ (poor man’s quad) y 1 PMT (poor man’s triangle) Algo así como “cuadrada del hombre pobre” y “triangular del hombre pobre” en alusión a la poca inversión en herramientas necesarias, para la fabricación de las mismas. Un cepillo de madera (cualquiera) un cutter, una cuchila con buen filo, lijas, escofina y una buena regla o en su defecto un calibre, son más que suficientes para embarcarse en el proyecto. Las que mencioné, son las herramientas que utilicé para la fabricación de las 3 cañas.

No considero que una PMQ/PMT sea mejor que una buena marutake, pero sí estimo que aguantan una mayor exigencia, por el simple hecho de estar fabricadas con tiras de bambú formadas en su gran mayoría por fibras de poder, algo fundamental en las cañas de pesca con mosca de bambú en general. Otra de las diferencias distintivas es el peso, una marutake es en regla general más liviana que una split bambú, ya que una marutake es hueca en toda su extensión y una split no necesariamente. Mucho menos una fabricada con herramientas simples como una trincheta, cuchilla o similar. En cuanto a la estética, en ambas se pueden hacer terminaciones muy bonitas, pero la ventaja del split es que el artesano puede determinar el perfil y sección de la vara, no así en una marutake en la cual la naturaleza siempre tiene la última palabra. Mencionado todo esto, obviamente se abre un mundo de distintas posibilidades, en perfiles, secciones, largos, cantidad de tramos, terminaciones en gral., etc etc.

Si bien todavía no pude pescar con éstas varas, si he podido hacer algunas pruebas en el pasto, lo cual al menos da una idea de la acción, peso, velocidad de respuesta, potencia, sensación de casteo, etc. Estoy bastante conforme con el resultado, considerando que son las primeras que fabriqué y que no cuento siquiera con un espacio cómodo para hacerlo. Me veo obligado a trabajar en la mesa dónde como todos los días, con las sabidas incomodidades que esto implica, pero no me quejo, al contrario. Estas primeras cañas me permitieron ganar bastante experiencia y calculo que las próximas saldrán mejores.

Gandalf PMQ – La primera de todas!
Gandalf PMQ – Segunda parte
Gandalf PMQ – Tercera parte
Gandalf PMQ – Última parte
Rebel PMQ
Gandalf PMT

Espero ansioso el comienzo de temporada para poder llevarlas al río y finalmente experimentar en el contexto adecuado, y si buen les tengo mucha fe, las marutakes dejaron un piso muy alto, no muy fácil de alcanzar. Veremos…

Buena pesca y a cuidar el medio ambiente y por sobre todo a los peces que ya bastante molestamos con nuestros anzuelos emplumados.

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La pesca que me gusta
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La pesca que me gusta

Cuando en Patagonia norte comienza el calor y las aguas de los ríos y arroyos se “estabilizan” luego del deshielo, se puede dejar el wader de lado y pescar más despojado. Ese es precisamente uno de los momentos que más me gusta y disfruto… Procuro elegir días sin viento, lo cual no siempre es fácil por estas latitudes, pero los hay…

Cuando todas estas condiciones coinciden, con un equipo básico y austero se pueden pasar jornadas de pesca increíblemente bellas. Una cajita con un par de moscas secas, una caña #3/#4, en mi caso una marutake de entre 7 y 8 pies de largo, una línea de flote y algunos rollitos de tippets finos, son más que suficientes. Siempre llevo y utilizo copo, así que es parte fundamental de mis salidas, y en este caso, ya no importa la época del año que transcurra. Lo recomiendo fervientemente, aunque muchos no lo usen por resultar “incómodos”, considero que más “incómodo” se debe sentir el pobre pescado manipulado por nosotros, incluso fuera del agua muchas veces. Debo aclarar que he visto a muy buenos pescadores tratar a los pescados con absoluta suavidad sin utilizar red, no es mi caso, y por lo que observo, no es el caso de la gran mayoría. Por eso sin querer pasar de pesado, insisto en el uso del copo.

Esos días en que todo lo que describo parece coincidir, llevo algún tipo de mochila chiquita, con el suficiente espacio para cargar algo para comer, agua y que me permita caminar con relativa libertad, ya que casi siempre dejo el vehículo en algún punto del río, y el resto del dia lo dedico a buscar peces comiendo en superficie.

Procuro que la salida sea tranquila, relajada, sin metas predefinidas, solo caminar, observar, y si todo sale bien, pescar algo. Preferentemente elijo aguas calmas, y hasta casi quietas, son de mi preferencia para practicar esta pesca, ya que los peces tienen mucha más oportunidad de inspeccionar nuestra mosca y por ende, el rechazo es la constante, haciendo que el desafío de engañar el pez, se acreciente proporcionalmente. Por otra parte el hecho de llevar poca cantidad de moscas, resulta aún más a favor de esta condición. La paciencia, perseverancia, constancia y creatividad son cualidades indispensables a la hora de afrontar estas situaciones de pesca, ya que fácilmente podemos caminar todo el dia y volver a casa sin siquiera una sola captura, son las reglas de juego, y es lo que me gusta!

En la mayoría de los casos voy a ríos o arroyos pequeños, lo más alejados posible combinando días y horarios no frecuentes para el turismo que llega en masa por esta zona. Estos días de calor, coinciden con la temporada alta estival, por ende los lugares que hasta hacía solo unas semanas estaban vacíos, se convierten en hervideros de turistas. Son las reglas de juego de vivir en Patagonia Norte. Cómo amanece muy temprano y con un clima más que agradable, prefiero estar a primera hora en el río y a medida que la temperatura sube, dedicarme a descansar y esperar la última hora, o bien volver a casa y dejar en paz a los peces fastidiados. Fácilmente disponemos de entre 6 y 8 horas para disfrutar del derrotero. Alcanza y sobra…

Solo concibo a la pesca con mosca casteando, por ende las técnicas de pesca por tensión o suspensión tan de moda hoy en día, no son de mi agrado, aunque no pongo en duda su efectividad, no son lo que busco a la hora de salir a pescar y disfrutar. De ser absolutamente necesarias en algún momento, puedo llegar a practicar algo que se le asemeje, pero si puedo elegir, definitivamente estarán en la última posición de mis opciones. Nada como una linda mosca seca bien bichosa, volando por los aires y haciendo que un pez suba a superficie a tomarla y ver el estallido del agua o una sutil absorción del engaño… Cada loco con su tema!

En fin… con los primeros fríos del invierno que se acerca, los recuerdos de los cálidos dia de verano se vuelven más presentes y añorados. Son tiempos de reflexión.

Y recuerden siempre volver con sus residuos, aplastar las rebabas de los anzuelos y devolver los peces con el mayor cuidado posible

Descanso de mediodía
Claro ejemplo de un dia de pesca veraniega
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