2 a 1?
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2 a 1?

Llegué temprano al río, me cambié rápido. Poder pescar sin waders, que placer.!!!

Como estoy ansioso, decido no armar la marutake, solo coloco el reel, me cuelgo la riñonera y salgo caminando río arriba unos 3 kms. Llego al lugar donde decido comenzar a pescar, me siento sobre unas piedras a unos 6 metros del agua y me quedo observando. Hay una eclosión de mayflys, chiquitas. Las truchas se comienzan a cebar pero por ahora no veo nada demasiado interesante como para tentarme, decido esperar un poco más.

Pasan unos cuantos minutos y todo continúa igual, muchas truchas chicas comiendo mayflys como locas. Me acerco al río aprovechando un pastizal y los árboles de la orilla, que me ayudan a camuflar, cuando de repente veo un destello blanco a unos 5 o 6 metros río abajo, bien metido debajo de las ramas de un sauce, me quedo mirando y de nuevo, ahí está, la ví, es la boca de una trucha, una de las buenas. No puedo ver lo que come, pero pasan unos segundos y nuevamente come abriendo su bocota y desaparece lentamente. Abro mi caja de moscas y veo una kebari en anzuelo #16 que todavía nunca probé. Me alejo un poco, armo la caña, reviso el leader y ato la mosquita en un tippet 3x, no quiero arriesgar. Me acerco nuevamente y veo que no tengo manera de castear, es un ramerío infernal. Cuando estoy a punto de alejarme, recuerdo una historia de Gary Borger que leí alguna vez… Una trucha en una situación similar, a la cual Gary pescó simplemente dejando caer la mosca en la corriente y solo guiándola con la puntera de la caña por la costura hasta la postura de la trucha. Estudio la situación y veo que desde mi posición, quedaba un espacio de unos pocos centímetros, justo sobre la línea de agua en que la trucha continúa comiendo, lo intento. Saco línea, calculando un par de metros más de lo que necesito y moviendo muy lentamente la caña por entre las ramas del sauce, dejo caer la mosca sobre la costura de agua y comienza a derivar, apenas tengo que corregir, la mosca va justo hacia la postura de la trucha que acaba de comer y desaparece. Cuando la kebari llega a su posición, una vez más la bocota se abre y traga la mosca sin dudar. Aguanto un instante y como puedo clavo, la gorda intenta algo así como un salto fallido, y sale disparada como loca hacia el centro del rio, no puedo frenarla. Me meto al agua, es hondo, me llega a la cintura, está fría, no llevo waders…

La trucha sigue la corrida como un caballo desbocado, no tengo más linea, comienza a salir backing, y no puedo moverme demasiado, intento cambiar de lugar, pero la corriente no me deja, como puedo vuelvo a la orilla y camino unos metros río arriba, ya no queda reserva. Saca los últimos metros y finalmente aparece el nudo en el reel, sigue tirando, mientras no le aflojo me digo a mi mismo… perdido por perdido!!!

Planto la marutake que ya tiene varias batallas ganadas y de repente sucede lo menos esperado, se parte la caña a la mitad y la puntera se va río abajo corriendo por el backing, no puede ser peor. Ahora si estoy jugado, no cedo. La trucha se cansa y yo también, pero de a poco y luego de varios minutos, se deja acercar. Recupero el backing, luego línea, ahora si ya puedo ver la puntera y a la trucha también, es una de color bronce con grandes pintas oscuras, la creo entregada. La comienzo a acercar y cuando ya tengo la puntera al alcance de mi mano y la gorda a unos pocos metros, desprendo el copo del imán y apenas atino a encestarla, abre una vez más su bocota y la mosca se suelta… Nooooooooo, me rio, ya está, una reverencia con el sombrero y el agradecimiento por la hermosa pelea. Salgo del agua, tomo la puntera y cuando voy a cortar el tippet para quitar la mosca, veo como el anzuelo #16 está abierto. Fin de ésta parte de la historia, por favor, compren anzuelos buenos!

Regreso al auto repasando en mi cabeza todo lo que sucedió, a pesar de todo estoy contento, la tuve ahí…

Llego al auto, armo la segunda marutake y decido almorzar. Una y otra vez repaso todo lo sucedido agradecido por el momento vivido. Luego de un par de horas, y con el calor haciéndose notar, ésta vez decido ir río abajo. Explota de gente, hay que caminar más.

Me alejo unos 3 o 4 kms y me siento bajo los sauces, no tiene sentido probar ahora, hace mucho calor y el sol está terrible. Me mojo el sombrero y descanso un rato, espero…

Veo pasar el avión rumbo al aeropuerto, calculo que deben ser las 17:00 aproximadamente, ahora si decido que es momento de probar suerte. Elijo una corredera que veo prometedora, un falso cast y apenas la mosca toca el agua, estallido!!! Otra de las buenas.

Tira con fuerza y la segunda marutake se queja, tengo miedo de forzarla demasiado, pero no queda otra, de golpe se planta, no se si enganchó o es sólo que se plantó bajo las piedras, por las dudas, decido moverme a una posición río abajo de la trucha, corriendo por la costa. Ahora afloja y sigue enganchada, efectivamente estaba clavada debajo de una piedras. Apenas nota que le estoy ganando la pulseada y ya con los últimos esfuerzos, sale disparada al centro del río, no le aflojo y de golpe la segunda marutake se rompe, pero ésta vez, la puntera sigue unida al resto de la caña, está rota, pero todavía puedo pelearla, así que aprovecho el cansancio de la trucha y por fin la puedo acercar al copo.

Respiro aliviado, una hermosa marrón, no tan grande como la primera, pero muy linda, de un color similar a la primera, todavía tiene mucha fuerza, no se queda quieta y rezonga. Prendo la cámara la dejo filmando y le quito el anzuelo. Reverencia de por medio la dejo ir.

Dos cañas rotas, un anzuelo abierto y muchas truchas medianas y chicas, una buena y una pelea increíblemente emocionante! Creo que terminé 2 a 1!

La ventaja de hacer tus propias cañas, es que no me preocupa demasiado, tienen solución, además quien me quita lo vivido!

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Seca el lente…
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Seca el lente…

Había caminado todo el día, si bien la pesca fue bastante buena, como siempre uno espera que el agua explote. Llegué al Malleo a las 8:00 hs y prácticamente sin parar me moví varios kms a pie, fueron unos 10 o 12 kms aproximadamente. Las botas pesaban!


Busque en cada rincón, debajo de cada sauce, en cada costura, detrás de cada piedra, y siempre el mismo resultado, truchas pequeñas, pero no por eso menos combativas. Todas tamaño Malleo como les suelo decir, que en una marutake de bambú #3 se sienten como verdaderos torpedos, pero buscaba mí “coinor”

Serían eso de las 18:00hs, y decido cambiar de plan, internarme en esos pequeños brazos de aguas bajas y quietas, quizás allí alguna astuta y mañosa trucha adulta me daría la sorpresa. Así fue…

Ingreso en el primer brazo que encuentro, modo garza en on, camuflado entre arbustos de la orilla, una soft hackle en anzuelo #16 y un roll bien metido debajo de unas ramas, que con cierto compás dejaban una pequeña ventana de tiempo para meter la mosquita bien pegada al borde opuesto a mí posición. Cuento para agarrar el ritmo de la rama que entraba y salía del agua, y mandé la mosca. Entro justo, deriva corregida con un mend suave y la húmeda pasa a 2cm de la orilla, deriva un metro aproximadamente y veo el morro de una marrón que la persigue, clavo por instinto, el agua explota y la marutake se queja, se queja de verdad, pero no tengo margen, la fuerzo al máximo, si corta, corta, ya la engañe, la pinche, es suficiente…


Pero no me conformo, después de unos laaaaaargos minutos de tires y aflojes y recorrer no menos de 20m de ese brazo, la trucha cede y termina en el copo. Mí alegría es inmensa, por ese instante no siento el cansancio… Todo paso rápido, no entiendo demasiado, pero la pecosa está en el copo.

Me apuro a preparar la cámara sin notar un pequeño detalle, el lente se mojo con mis manos, pero no importa, lo logre, el agua explotó como esperaba.

Foto, recuperación y la hermosa marrón volvió a lo oscuro de su “madriguera”

Volver al auto se hizo interminable, pero la alegría que tenía me ayudó y reconfortó al máximo.

No me voy a olvidar nunca de ese día.

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