Tiempos de pandemia, horarios reducidos, todo impredecible…

Aproveche la oportunidad de salir a pescar, y allá fui, solo, con poco equipamiento y sin waders, que placer!

Había caminado toda la mañana, sin apuro, disfrutando del clima ideal, el paisaje, los olores de primavera y de las truchas colaborativas… Recién salidas del desove, las arcoiris estaban hambrientas y combativas, muchas llegaron al copo y otras tanto no. Con alrededor de 30 pescados de los buenos, llego el mediodía y con el, mucha hambre, así que decidí buscar sombra y comer algo. Luego de un descanso de alrededor de media hora y con la premisa de volver temprano, me dignaba a comenzar el retorno hasta el vehículo, que por cierto luego de trakear el recorrido de ese día, me dio que camine la friolera de 25km, desde las 9:30 hasta las 15:00hs, cuando en uno de los brazos formados por la inundación de las aguas altas del rio (todavía hay nieve en las cumbres de las montañas) veo comer en superficie una gran arcoiris, una trucha astuta que patrullaba las aguas calmas a sabiendas que por debajo de ella, la cantidad de arboles hundidos servirían de refugio ante cualquier amenaza. Me quede un rato observando…

Se notaba que la muchacha sabia lo que hacia, se asomaba del pozon, recorría una zona menos profunda, donde el agua amontonaba comida junto a la linea de espuma, englutía todo lo que podía, y volvía a la oscuridad protectora de su refugio. Repetía la misma rutina una y otra vez, con total naturalidad. No me pude contener…

Analice bien mis chances, eran pocas… El agua quieta, muy transparente, la trucha un macho adulto, arboles alrededor, y muchos troncos en el fondo del rio, pero… El desafío era fascinante!

Un rato antes había visto como las caddis ponían huevos y las truchas las devoraban, ademas detecte una eclosión de mayflies. Como no podía ver bien que comía esta trucha, ya que estaba a unos 10 metros rio arriba de mi posición comiendo en el medio de las sombras de los sauces, me decidí por una kebari de pelo de ciervo teñido de amarillo, una atractora pequeña atada en anzuelo #16, la cual anude al final del tippet 4x que alargue unos 50cm., seria una sola chance.

Me coloque en posición rio abajo, espere a que la trucha comience su recorrido, verifique que no tenia ningún obstáculo detrás mio, saque unos 12 metros de linea, y contuve la respiración…

Una vez mas salio de su escondite y comenzó a comer, hice un falso cast y lance lo mejor que pude, la mosca se apoyo suavemente en el agua unos 50 centímetros rio arriba de la trucha y a su costado derecho, comenzó a derivar sin arrastre y pude ver como casi en cámara lenta la bocota del gran macho se abría y la tragaba con mucha sutileza, aguante un segundo y clave justo cuando se daba vuelta para volver a su lugar, comenzó la lucha…

Como suponía lo primero que hizo fue dar tres o cuatro saltos espectaculares que hacían retumbar el agua, ahí pude ver que era mas grande de lo que yo pensaba, mientras en mi mente solo estaba el terminal 4x y los troncos sumergidos, la primerie… Luego de algunos minutos y de varios intentos por encestarla, por fin pude tenerla en el copo sin llegar a agotarla demasiado. La alegría fue inmensa, respire profundo, festeje y luego de su recuperación, la libere… La suavidad de la marutake hizo que el tippet aguantara a pesar de la presión que le impuse en todo momento, ante su insistencia por enredarse en los troncos sumergidos…

Pero eso no fue todo… Mientras peleaba con la trucha macho, vi como otra trucha comía en el mismo lugar, no era solo una trucha, eran dos, un macho y una hembra… Me tente!

Repetí la acción y la segunda trucha hizo lo mismo que la primera, al cabo de unos minutos estaba en libertad, nuevamente con su viejo compañero.

Fue un día memorable, guarde todo, me despedí de mis pescados y comencé el retorno de un gran día de pesca. Sin lugar a dudas, el mejor que he tenido hasta ahora…

La pesca del macho enojado

La hembra con la que compartía el pozon
Un instante antes de llegar al copo… Yo conteniendo la respiración!