Hermoso Malleo…
Segundo sábado de Enero de 2019, decidí ir al río Malleo, uno de mis preferidos…
Arranco como de costumbre, paso por la estación de servicios, compro el café y tres facturas, que al poco tiempo de retomar la ruta, son devoradas con mucho placer, mientras de fondo Mark Knopfler con su raspera me hace compañía, dando lugar al paisaje que a mi alrededor transmite la paz que necesito… como siempre el Lanin custodia el horizonte a lo lejos.
Después de un rato llego a la tranquera de la comunidad y mientras le pago al chico que siempre me recibe con una sonrisa, le “exijo” que me diga donde están las truchas… simplemente continúa con su sonrisa y una vez más me responde “las truchas están ahí!”
Continúo por el ripio, ya se respira otro aire…, solo deseo llegar al lugar elegido, cambiarme, armar el equipo y comenzar a pescar…
Finalmente está todo listo, a pescar… El día arrancó sin viento, soleado, ate mi mosca preferida a un tippet 4X y salí junto a mi marutake “Gandalf-AR-II” #4. Veo actividad de truchitas comiendo arriba, encaro una linda corredera en busca de algo más grande, no se hicieron esperar lindas capturas, que luego de la pelea, y copo de por medio, vuelven al agua recuperadas.
Después de agotar mis chances en la corredera, encaro los sauces, un par de capturas más y engancho mi mosca en una rama, corto, ato otra mosca y sigo pescando… Al cabo de un par de minutos, miro el sauce y veo como mi mosca colgaba del 4X y decido ir a buscarla, despacio y cuidando mi tobillo esguinzado, me muevo de a poco entre las piedras hasta que logro llegar la rama donde colgaba mi “Gandalf-2019”, la recupero y la vuelvo a atar en mi tippet 4X, tenía fe en esa mosca…
Salí del agua, y comencé a caminar por la orilla en busca de algún pez, quería pescar a pez visto. Después de caminar unos 100 metros río abajo, en un remanso y muy cerca de unas plantas que había en la orilla, veo una hermosa trucha marrón patrullando la costa, apenas la veo, ella también me ve, me tomó por sorpresa, resultado de esto, se alejo lentamente y se fue debajo de unas piedras cerca del medio del río. Me senté entre unos arbustos, procurando que ésta vez no me viese y con la caña preparada aguardé en silencio… Calculo que habían transcurrido unos 20 minutos, para mí fue una eternidad y no la vuelvo a ver, así que me dije a mi mismo, no va a salir de ahí, voy a tratar de provocarla pasando la mosca por encima de su refugio… me acomodé, miré bien como podía castear ya que el lugar tiene un barranco que además está lleno de plantas y árboles, nada fácil. Lance uno dos metros río arriba de la piedra, de manera de dar tiempo a profundizar un poco a mi ninfa #16, el tiro salió bien, la mosca comenzó a derivar y cuando pasa justo por encima de la piedra, veo salir con toda su furia a la hermosa marrón, que tomó la mosca con un salto espectacular, de por lo menos unos 50 cm fuera del agua, cuando vi la trucha que era, mi corazón se detuvo… comenzó la dura pelea…
La marutake se quejaba pero no cedía, el terminal 4X aguantó y el anzuelo también (días previos tuve algunos inconvenientes con unos anzuelos que se rompían como papel) fueron unos largos minutos de saltos, corridas, tira y afloje, hasta que finalmente entré al agua y de a poco la “gorda” se cansó y comenzó a ceder. Cuando mis pulsaciones estaban al máximo, la marrón terminó en el copo. Me tomé unos minutos para reponerme y de paso dejar reponerse a mi potente y digno oponente. Preparé la cámara y filmé un ratito mientras dejaba que la trucha recobrara sus fuerzas, había dado una hermosa pelea, y cuando sentí que ya estaba en forma nuevamente, la observe a modo de despedida, le agradecí y la deje ir.
Ya está, el día estaba hecho, tomé la caña y me volví al auto, me cambié, y almorcé debajo de unos sauces, rodeado de corderos y pájaros que me hicieron compañía…
Mientras descansaba tomé mi agenda y escribí ésta historia… Que hermoso sos Malleo!!!