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La primera vez en el río

Después de haber ido varios días al arroyo a pescar, me sentí un poco más seguro como para encarar por primera vez un río, elegí uno muy cercano, de hecho elegí el río donde desemboca el mismo arroyo al que estaba yendo asiduamente durante ese primer mes.

Ya estabamos en pleno verano, los días eran más largos, así que podía ir cuando terminaba de trabajar, aprovechaba las últimas horas de cada jornada, y así fué que prácticamente todos los días de la semana, al menos un par de horas diarias, me encontraba en aquel río. El primer desafío fue entrar al río, algo que como nunca había hecho, me daba cierta desconfianza. Estos lugares a los que voy son de aguas transparentes, por lo tanto, se puede ver la profundidad y las piedras sobre las que uno camina, que por cierto son bastante grandes y patinosas, pero así y todo la incertidumbre de la primera vez se hacía notar.

Cuando comencé a tomar más confianza y relajarme más, pude prestar más atención a la pesca, cosa que sucedió con el transcurrir de los días…

Este río tenía una buena cantidad de truchitas arcoiris, chicas pero muy, muy activas y peleadoras, en el horario que llegaba habitualmente comenzaban a eclosionar unas pequeñas polillas, aclaro que conozco muy poco de insectos, actualmente me encuentro leyendo más sobre entomología. En la sección de sitios de interes hay más información al respecto: http://www.mojandomoscas.com.ar/index.php/enlaces-de-interes/

Esto me daba una pauta sobre las moscas a utilizar, unas pequeñas secas que me daban muy buen resultado, si bien las truchas oscilaban los 200/500gr eran un verdadero placer y desafio, el tiempo literalmente volaba, ya ni siquiera desarmaba el equipo, lo cargaba armado, con la mosca atada inclusive, no quería perder un minuto, apenas terminaba mi jornada laboral, preparaba el wader, las botas, chaleco, mochila, la caña y salía disparado hacia aquel río, religiosamente todas las tardes terminaba en aquel lugar, hasta me animo a decir que debo haber pescado las mismas truchitas más de una vez.

Además de ser un lugar hermoso y tranquilo (a excepción de los fines de semana) me daba grandes satisfacciones del punto de vista de la pesca, ya que no había lugar para el aburrimiento, cuando comenzaba la eclosion, las truchitas cebadas, daban lucha por doquier, éstas arcoiris tenían una fuerza poco imaginable en comparación con su pequeño tamaño.

Ahora ya contaba con dos lugares de pesca, el arroyo y el río en que éste desembocaba, ambos muy cerca de casa, lo cual me daba la ventaja de poder ir asiduamente, en contra partida, la cercanía con la ciudad, hace que tengan una concurrencia importante, con las consecuencias que esto implica, ya que lamentablemente siempre encontré mucha basura, la cual juntaba y traía a mi casa, para luego ser depositada donde corresponde. Esto da lugar a una larga charla, probablemente haga otro post al respecto. A mi favor estaba el horario en el que concurría, ya que la gente que iba a estos lugares volvía cuando yo llegaba, asi que la tranquilidad coincidía con la llegada de la eclosion, un plan perfecto para mí.

fondo del rio

Fondo del río

 

mosca seca

Mosca seca

 

truchita arcoiris

Truchita arcoiris

Truchita liberada

Truchita liberada

 
Momento de la eclosion:

 
Pasando horas en el río, horas que pasaban volando…

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Equipamiento/Historias
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Con wader es otra cosa!!!

Como se imaginaran, luego de haber tenido aquella primer experiencia de pesca con mosca, la alegría no cabía dentro de mí, por supuesto de ahí en más todos los fines de semana religiosamente volvía a aquel mismo lugar, y de a poco fuí mejorando, muy de a poco…, lanzamientos un poco mas precisos, además de ser más cauto en cuanto al acercarme al arroyo y al observar alrededor mío, identificando cuanta vegetación podría complicarme la vida. Tuve jornadas relativamente parecidas, pesque algunas truchitas de arroyo, alguna arcoiris chiquita e inclusive una marrón, todas bien chiquitas pero no por eso, menos hermosas y peleadoras, las cuales eran devueltas religiosamente, y por supuesto en todos los casos disfrutaba de cada salida, desde el mismo momento en que comenzaba a preparar las cosas antes de salir de casa, siempre la pasé muy bien y terminaba el día con una inmensa felicidad y satisfacción.

Con las sucesivas salidas, me di cuenta que necesitaba poder acceder a otros sitios, siempre hablando del mismo arroyo, pero quería poder acercarme a otros lugares que me eran imposibles, ya sea por la vegetación que había en las orillas o simplemente porque no tenía manera de llegar sin mojarme, lo cual puede estar muy bien un rato, pero no la cantidad de horas que me pasaba en aquel hermoso lugar, ya que el agua es bastante fría, así que me decidí a ampliar mi equipamiento y comprar un wader y botas de vadeo.

Nuevamente me acerqué al negocio más cercano a mi casa,  ya que no soy de andar buscando demasiado sobre el tema precios y esas cosas, no porque me sobre, sino porque me da muchísima pereza hacerlo, prefiero utilizar ese valiosisimo tiempo, estando en el arroyo de mis sueños. Por supuesto una vez más manifesté mi ignorancia al respecto, y prueba va, prueba viene, finalmente compré un wader, un par de botas de badeo (no las óptimas, ya que eran para pescar embarcado, cosa que me entere al final de temporada cuando un pescador experimentado me lo dijo) y un par de guantes para no quemarme con el sol, además adquirí un copo para poder tomar las truchas con el menor impacto posible y un chaleco para portar las moscas, la pinza para extraer anzuelos, leader, permiso de pesca, y alguna que otra cosa más.

Compré un wader respirable, el que pude comprar, ni el más barato ni el más caro, por decirlo de alguna manera, “el del medio”, con las botas el tema fue diferente, compré las que me entraron y como dije más arriba, no eran precisamente las ideales, pero me ayudaron a zafar la temporada. Apenas salí de la tienda partí rumbo al arroyo, llegue y comencé a cambiarme, me sentía un astronauta, pero ahora si podía comenzar a adentrarme en el agua sin problemas, caminarlo, llegar a más lugares, realmente fue un antes y después, ese día mejore mi performance, ya que me resultó mucho más cómodo lanzar y por supuesto tomar y liberar a las truchas.

No sabía que era tan agotador pasar largas horas caminando entre las piedras, cosa que me vino muy bien, ya que paso la mayor parte del tiempo trabajando frente a una computadora. Ahora no solo pescaba (intentaba) sino que además hacía ejercicio, combo completo!

 

wader

El astronauta

copo

Con copo

 

combo

Guantes, copo, wader y botas, completito!

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