Durante los últimos cinco inviernos, he destinado mi tiempo libre a la fabricación de cañas de pesca con moscas artesanales: marutakes, PMQs y en esta oportunidad splits o de tablillas. Con la misma filosofía de siempre y con la premisa de no contar con elementos ni herramientas sofisticadas y/o específicas, y solo con la ayuda de unas lijas, cutters y un pequeño cepillo de carpintero, tome la decisión de intentar fabricar splits bamboo, pero con la particularidad de trabajar sobre perfiles no tan habituales, como pueden ser las splits hexagonales. No porque no me gusten, todo lo contrario, sino por mí limitación de experiencia previa y como dije antes, la utilización de muy pocos elementos.

Detalle de las cuchillas del cutter…

Esta vez elegí comenzar con una “quad” (perfil cuadrado) formado por cuatro tablillas anguladas a 90 grados, y una “triangular” formada por tres tablillas anguladas a 120 grados. Como siempre utilice bambú yadake y los perfiles o tapers fueron de creación propia, basados en el análisis de decenas de perfiles de los que se encuentran en la web. No me gusta copiar un perfil en particular, ya que no cuento con el mismo bambú, por lo tanto partiendo de ese detalle (que no es menor) todo lo que pueda copiar, no será igual jamás, de hecho NUNCA van a existir dos cañas iguales por más que copiemos a la milésima de milímetro un perfil ya probado y perfeccionado durante años. Esto es una de las cosas que más me apasiona de la fabricación de cañas artesanales. El hecho de que hasta que no esté terminada la caña y le hagamos volar líneas, no sabremos con exactitud el carácter que tendrá la vara, ya que cada una va a contar con su propia impronta, lo cual la hará única e irrepetible y nos mantiene con esa incertidumbre hasta el final. Por esto mismo les pongo nombres propios… Para mí son mucho más que sólo unos trozos de madera pegados. Son mis compañeras de aventuras, con las que comparto largas charlas en soledad, caminatas de varios kilómetros, alegrías y berrinches al lado del río. Tienen vida propia y las trato como tal!. Después de todo no dejan de ser una extensión de mi personalidad, las cuales pueden o no terminar sus días conmigo… Muchas se van con otros pescadores a disfrutar de nuevas experiencias!

Me gusta la sobriedad en las cañas de pesca, por ende ambas tienen un aspecto similar, resaltando el color natural del bambú, empuñaduras de madera de álamo y un empatillado con hilo del mismo color, a excepción de los conectores donde utilice un color más oscuro, sólo para darles un toque distintivo. Desde hace un tiempo vengo utilizando uniones por ferrules metálicos (de los chinos, bien económicos) que hasta el momento han resultado muy buenos.

“La Raspadita”, de perfil cuadrado, resultó una caña con una linda acción medio/punta, que puede lanzar líneas #5 sin esfuerzo.

La raspadita!

“La triangulito”, con un perfil todavía menos habitual, tiene una personalidad bien distinta y puede lanzar una línea #3 muy cómodamente. Su acción es más enérgica y la transición de la curva al flexionarse, la hace ideal para presentaciones suaves y delicadas.

La triangulito

Ambas ahora esperan la próxima temporada para acompañarme en mis salidas de pesca por los ríos patagónicos. Seguramente serán parte de algunas historias que todavía no fueron escritas y testigo de mis juegos lanzando plumas y pelos por el aire!

Buena pesca!