Era tarde, pero me quedaban algunas horas de luz para poder pescar, la pregunta era: a dónde ir ahora que todos los lugares están abarrotados de gente ? …siempre tenemos “ese” lugarcito!

Elegí una marutake recién reparada. Yadake , 2 tramos con unión por casquillo, que se había convertido en una vara enteriza, ya que no la había podido desarmar después de la última salida de pesca que hice con ella! Es una caña que me gusta mucho y noté que transportarla de esa manera, iba a terminar mal, así que sacrifiqué 2 pulgadas (tenía 8 pies de largo) y la volví a su configuración inicial, 2 tramos, pero ahora de 7 pies 10 pulgadas, aún así, sigue siendo hermosa para pescar!

Tengo la bandolera con todo lo necesario, así que me preparé muy rápido y salí a la ruta… tráfico, muuuuuuuucho tráfico! Indicio de que no sería nada fácil encontrar un lugar donde poder mojar moscas tranquilo… Enero es un mes de mucho turismo en Patagonia, así que se complica encontrar lugares cercanos y con poca gente.

Primer lugar elegido, directamente imposible llegar de la cantidad de vehículos, de más está decir, que la mayoría estaban estacionados en cualquier lado, doble fila, contramano, sobre la ruta, etc. etc. Somos complicados! Retirada inmediata…

Segundo lugar, misma situación, descartado al instante…

Tercer lugar, casi nadie! Me sorprendí realmente, lo elegí como última opción porque supuse que sería imposible poder hacer unos tiritos allí, ya que siempre hay bastante gente, aún en otras épocas del año, pero en cambio este día fue la excepción, apenas había algunos pescadores a la distancia y nada más! El bullicio y alboroto que rompe con lo natural del lugar, estaba lo suficientemente lejano como para no molestar!

Me tomé mi tiempo…

Armé la caña, elegí una mosca seca, revisé lider y tippet, crocs y al agua…

Caminando por la orilla del lago mientras escudriñaba el veril en busca de alguna señal que delatase alguna truchita colaboradora, presiento una mirada detrás mío, cuando presto atención noto entre los árboles a una chica que estaba recostada en una rama a no menos de 3 metros del suelo, mientras observaba como yo casteaba cada tanto, algo sorprendido la saludo con un sutil movimiento de cabeza, a lo que ella responde de igual manera mientras no deja de contemplar lo que yo hacía, me reí y seguí en lo mío… me dejo pensando!

Mientras me alejaba lentamente, y estaba concentrado en la pesca, la actitud de ésta joven me llamó la atención! Mientras el resto estaba a los gritos, tirando piedras al agua, pisando cuanto arbusto veían, y unos cuantos escollos mas, ella sólo se dedicaba a descansar y meditar en silencio. Me sentí como un intruso, que sólo aparece para romper la armonía del momento, meta latigazos al agua calma del lago…

Deje de pensar en truchas. Mientras dejaba la línea en el agua, me quedé contemplando la belleza del lugar, del instante, justo en la hora mágica donde las luces amarillentas se funden con el paisaje formando imágenes increíbles… Tomé mi cámara, saqué una foto, recogí la línea, quite la mosca, la guardé y volví al auto caminando despacio, solo conectado con lo natural.

Ya era suficiente! La pesca la dejé para otro día!

Hora mágica