En las vías soy feliz…
Desde que tengo uso de razón, recuerdo que siempre me gustaron los trenes, de hecho hacía tomar el tren a mis padres para viajar de una estación a otra, aún cuando no tuviese sentido alguno… Siempre me sentí muy bien viajando en tren, pasar por un pueblito de esos que solo son una estación de trenes y no mucho más e imaginar como será vivir allí ?, pero por sobre todo lo que más me gusta son esas vías que uno no sabe exactamente de dónde vienen ni a donde van, pero están ahí, en el medio de la nada, como esperando a que alguien se digne a recorrerlas…
De chico tuve la suerte de recorrer ese tipo de vías muchas veces, viajando desde la estación de Retiro en la Ciudad Autónoma de Bs. As. hacia Gral. Pinedo, Chaco, donde vivían mis familiares, viaje que duraba aproximadamente 24 hs., toda una aventura para aquellos años.
A esta altura se preguntaran que tiene que ver esto con la pesca y sobre todo con la pesca con mosca ??? NADA, absolutamente nada o sí, juzguen uds. mejor… En la última salida de pesca que hice en Bs. As., y con la excusa de pescar tarariras, fuimos a la zona de Brandsen, y tuve la sorpresa y suerte al mismo tiempo de que mis amigos eligieran un lugar de pesca dónde pasaba una vía de esas que describo más arriba, una que cuando uno se para y observa puede ver hasta donde le da la vista, y los rieles y durmientes están allí como esperando a que alguien los recorra. De hecho y para ser más precisos, en todas las salidas que hicimos en la zona de La Plata y sus alrededores, pasamos por estaciones de trenes, talleres ferroviarios, vías muertas (prefiero decirles abandonadas), etc. Siempre admiro el trabajo que llevo hacer esos puentes maravillosos, algunos de acero remachado y/o de ladrillos abovedados, con un nivel de detalle increíble, y todo para qué ? Ahí están abandonados y olvidados para la mayoría, pero no para mi!
Y si los trenes y las obras de arte que son los puentes que permitían pasar por arriba de cursos de agua u otros obstáculos me gustan, caminar por una vía es lo que más me apasiona de todo, me da una sensación de libertad que no puedo explicar muy bien con palabras. Obviamente me refiero a esos tramos donde las vías no pasan por ciudades, sino esas que pasan por esos campos, bosques y zonas rurales en todo su esplendor.
En esta ocasión llegamos a un lugar donde había una de éstas vías, y lo mejor de todo era que se podía caminar por ellas para llegar a un arroyo en el que íbamos a intentar pescar. Siempre insisto en comentar que salir a pescar para mí es un conjunto de cosas, desde el plan inicial a todo lo que conlleva esa salida: lugar elegido, el viaje hasta llegar al lugar indicado, el equipo, la mosca, recorrer y conocer nuevos sitios y obvio los pescados, pero no los considero lo mas importe, todo tiene el mismo valor. Por supuesto, si pesco MEJOR!
Lo que más me gustó de la última salida, fue que finalmente decidimos caminar por esa vía que nos invitaba a recorrerla, quizás para no sentirse olvidada e inservible, o por lo menos eso fue lo que me transmitió a mí. Cuestión que aceptamos gustosos y la recorrimos varios cientos de metros, cruzando algunos puentes que mostraban los claros signos del paso del tiempo y finalmente llegamos al arroyo que queríamos. La pesca ? mejor hablemos de otra cosa 😁
Sólo como resumen de pesca puedo contarles, que a lo largo del día, hicimos muchísimos intentos en varios lugares, y no pudimos conectar con los peces esperados, una que otra tararira pescada con spinning y una mojarrita (rara mojarrita) que pude pescar con una ninfita soft hackle en un zanjón al costado de la ruta. En fin, como dije ese día para mí fue increíble, porque finalmente pude caminar por una vía sin pensar en otra cosa, más que la de disfrutar del medio ambiente, al aire libre, recorriendo lo que alguna vez seguramente recorrieron cientos de vagones.