Hoy 1 de Octubre de 2018, estamos a sólo un mes del comienzo de temporada de pesca 2018/2019 en Patagonia, a partir de ahora se comienzan a contar los días, poniendo todo el equipamiento a punto, y en mi caso, concentrado en terminar la Gandalf-AR-II, otra marutake que si todo sale como lo planeado, será una vara con un poco más de potencia que la AR-I.

La cuenta regresiva ya está en marcha, este es el mes, que creo yo, esperamos todos los pescadores con mosca de Patagonia. Cada uno imagina donde va a abrir la temporada, con quien irá, que moscas va a llevar, y un largo etc. etc. Por lo pronto, mi interés principal en ésta etapa, es terminar la “tacuarita” ya que quiero pescar (dentro de lo posible) con las marutake durante toda la temporada. La idea es probarlas en la cancha, ver como se comportan y tomar nota de todas los ajustes que se tienen que hacer, para ir mejorandolas y llevarlas al más alto nivel posible.

En éste camino, me es muy grato reconocer que muchísima gente me a aportado información y críticas constructivas sobre el proceso, materiales y detalles en general, nadie fue mezquino a la hora de brindar su experiencia y conocimiento, eso me sorprendió bastante para estos días, dónde la gente esta más enfrascada en sus problemas cotidianos que en otra cosa. A mi humilde entender el mundo de la pesca y más precisamente de la pesca con mosca (en todas sus modalidades), conserva aún, un puñado de personajes extremadamente generosos y entusiastas que aman este deporte y todo lo que conlleva practicarlo y/o trabajar en el equipamiento. La pasión es la energía que los mueve y el hecho de querer compartirla con otros apasionados, enciende aún más, la llama sagrada que llevan dentro.

Este fin de semana fui con mi amigo Facundo (un apasionado como pocos) a probar la “tacuarita”, el es un tipo con mucha experiencia y conocimiento, que ha pescado en muchos entornos distintos y con cañas de todo tipo, pero que nunca había tenido la oportunidad de probar una marutake. Muy grata fue la sorpresa cuando noté que luego de perderle el miedo inicial, se divirtió como un chico jugando con la cañita bajo la nieve. Pasamos una tarde hermosa casteando con equipos de primera linea y potencia, alternandolas con la marutake #3. De paso aproveché y tome sus tips de lanzamiento y mejore un poco mi técnica, que bastante rústica es por cierto…

La sensación final que nos quedó, es que la cañita aguanta el trabajo duro y a su vez conserva esa magia que tiene una vara que salió de una caña natural, sobre la cual no se hizo ningún tipo de maquinado. Luego de varias horas de casteo Facundo concluyó que las marutake pueden tener un futuro muy positivo dentro del mundo de la pesca con mosca, y quedó encantado de como una caña de bambú sin maquinar puede volar una linea de fly sin ningún tipo de problemas… A mi particularmente y luego de comparar las distintas cañas, me quedó la sensación de que castear con la marutake es como castear casi sin caña, las sensaciones son extremadamente sutiles … y ni que hablar del hecho de poder pescar con una caña hecha por uno mismo, no veo la hora de mojar moscas con las “Gandalf” … ya falta menos!

Dos chicos jugando… Lo dejé en crudo porque me parece que refleja mucho mejor el espíritu de lo vivido es tarde. Muchas gracias Facu!